Externamente, Wharfedale Evo 30 no difiere casi del modelo original: el único cambio visible es el acabado “nogal” de la carrocería. Los sistemas están diseñados mediante un esquema de 2,5 vías, donde un par de controladores de Kevlar de 170 mm trabajan en la parte inferior de la banda de trabajo. Se ven similares externamente, pero tienen una construcción diferente: la inferior está equipada con una bobina de sonido de cuatro capas (la superior tiene una de dos capas) y un sistema magnético más decente. Un marco de aluminio fundido, que protege eficazmente al conductor de las vibraciones externas, es una de las ventajas del tweeter. El rango de frecuencia, al mismo tiempo, no se extiende, su borde superior es de 2.8 kHz.
Subjetivamente, el sonido del par británico se percibe bastante equilibrado, sin acentos aparentes en segmentos de frecuencia individuales. La alta resolución en todo el rango se alegra, los graves son correctos y el medio es informativo. Las frecuencias altas son muy naturales: los ruidos extraños u otros artefactos casi no se observan en el trabajo del tweeter. El carácter sonoro de Wharfedale Evo 30 es tranquilo y equilibrado, pero si es necesario, estos sistemas pueden aumentar la temperatura, sin apuntar demasiado a una conducción ilimitada. El escenario de sonido abunda en detalles agradables, incluidos varios planos claramente diferenciados en profundidad. Las imágenes de los instrumentos aumentan parcialmente en escala, pero esto no afecta la precisión de su posicionamiento.
